23.6.15

Soy un dinosaurio y me llamo Anacleto

Como buena niña que creció durante la década de los años 90s, obviamente, me flipaban los dinosaurios ("flipaban", ajá). No entiendo como llegamos a ser una generación tan detestable en nuestros años de adultez habiendo tenido una increíble infancia en la que fuimos bombardeada por una cantidad obscena de consumibles con temática prehistórica: películas, sitcoms, caricaturas, ropa, cualquier artículo que pudiese fabricarse en polipropileno y, claro está, la mejor cobija del mundo:

Los antropólogos del futuro estudiarán los extraños glifos en este textil de la llamada generación "millenial".

Ya fuera Pie Pequeño, el Bebé Sinclair, Denver o los Dinoplatívolos (cuando quería aventuras de "niños") para mí los dinosaurios eran las criaturas más cotorras de la creación y me dolía que no se hubieran podido salvar en el Arca de Noé.  Culpen a muy temprana instrucción católica por esto último.

En 1993 yo tenía 6 años y no tenía idea de quién rayos era Steven Spielberg, pero todos decían que iba a sacar una película en la que a) había dinosaurios b) la gente "moderna" y no "los cavernícolas" estarían en contacto con los susodichos, ¡qué maravilla! ¡Ese Señor Espílber tenía que ser un verdadero genio!

Cuando la gente me pregunta que quién me hizo tanto daño, quisiera poderles dar el nombre de aquella persona que rompió mi corazón diciéndome que en esta película los dinosaurios NO hablaban con los humanos, NO cantaban, NO usaban ropa cool y que, probablemente, el Tiranosauriorex se comiera a los otros dinosaurios (yo sabía que era malo, pero no sabía a qué extremo), pero no recuerdo el nombre, no.

Quisiera poder decirle a mi yo de 6 años que no sea nena, que no chille ni haga berrinche, se aguante y vaya a ver la película... Pero como aún no soy acompañante del Doctor y todavía no viajo con él a través del tiempo y el espacio, Zazil de 6 años tendrá que esperar 22 años para descubrir la magia de Yurasic Parc. Vein-ti-dós-a-ños. Sí... Y bien, básicamente, vi Jurassic Park por primera vez hace tres semanas, guiada por una mezcla de curiosidad, nostalgia, bullying y anticipación por Jurassic World.

Querida yo de 6 años: efectivamente, en Jurassic Park los dinosaurios no hablan, no cantan, no tienen ropita cotorrona y su interacción con los seres humanos no es precisamente óptima. En conclusión, es una película maravillosa y no puedo esperar a que la veas y te asombres.

Es inútil que más de dos décadas después hable de lo increíble que es JP, no sólo en el contexto cinematográfico, sino también en el cultural. Pero puedo hablar de su hija, Jurassic World, que es una secuela peromásbienno.

22 años después los infames incidentes ocurridos en Jurassic Park, InGen ha logrado cumplir el sueño dorado de John Hammond de crear un fabulantástico parque de diversiones con dinosaurios reales, y altísimo rendimiento económico. Como si Walt hubiera pitcheado un estegosaurio y no un ratón. Aviones y ferrys plagados de gente llegan a diario plagados de humanos deseosos de conocer de cerca a los primeros seres en reinar sobre la tierra. Así vemos a los felices humanitos bebés montar un bebé triceratops y alimentar un bebé brontosaurio en el petting zoo, a los felices humanitos en primera fila observar cómo un mosasaurio devora un tiburón, a los felices humanitos crear una nueva especie de dinosaurio más grande, más terrible y más colmilludo.Un Kanyesaurus Rex, vamos.

How much do I not give a fuck? Let me show you right now.

Al igual que en Jurassic Park ese maldito complejo-de-dios, tan inherente en el humano hace de las suyas. Kanyesaurus, efectivamente, doesn't give a fuck, y responde a su recién descubierta naturaleza, dejando un verdadero cagadero a su paso.  En el proceso Star Lord se vuelve el Guardián de los velociraptores, Brice Dallas Howard corre en tacones sin ensuciarlos, cansarse o lastimarse (ídola),  Vincent D'Onofrio trata de razonar, en vano, con un dinosaurio y BD Wong se asegura de salir, de nuevo, vivo de la Isla Nublar.

Los infantes que esta vez protagonizan la nueva entrega de la franquicia, describen a la perfección el antes y el después del desencanto de la infancia. Infante pequeño es una criatura adorable que no ha perdido su capacidad de asombro y para quien todo es nuevo, con un hambre de conocimiento y experiencias que, por desgracia, ya no se ve en las nuevas generaciones. Infante mayor, por su parte, es la representación fiel de las nuevas generaciones, tan acostumbradas a recibir la información digerida y al instante que todo pierde su estatus de novedad con la misma rapidez en la que lo adquiere.

El único pero que pongo, es que no hubo ni una escena de Chris Pratt sin camisa, pero supongo que no se puede tener todo en la vida.

That'll do, pig.

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