El viernes, justo cuando terminaba el post anterior, sobre los maravillosos hombres que acechan mis sueños que en su momento enamoraron a generaciones de mujeres, un buen amigo en quién confío ciegamente cuando de música se trata, me recomendó a un hombre que de haber vivido en 1958 hubiera hecho lo propio en materia de seducción con las féminas de la época pero a través de su música. Nick Waterhouse es su nombre.
"Oh, ¿Nick Waterhouse? Probablemente nunca has oído de él"
Oriundo de San Francisco, este joven californiano de 24 años está causando furor en los círculos jazzeros alrededor del mundo. Su sonido combina lo mejor del soul, el funk y el R&B y es comparado con el legendario Ike Turner y sus Kings of Rythm e incluso con Ray Charles.
Se nota que el hombre es un alma vieja. No sólo es su música, sino su persona. Con atuendos que consisten en pantalones altos, tirantes, corbatas de moño y lentes de montura de pasta, Nick dista mucho de ser un hipster, más cercano a un empleado de Don Draper que a un habitante de Williamsburg, y con una colección de discos que harían sonrojar a cualquier melómano nacido alrededor de 1942.
Quizás la música de Nick Waterhouse no es nueva, pero en una época en la que casi todo suena igual, las voces suenan arrastradas y aflojeradas o a la gente le gusta el dubstep, su sonido nostálgico resulta francamente fresco. Quién no lo ama a primera oída, no tiene alma. He dicho.
Los hipsters se venden por separado.
Nota: una bonita sorpresa al dar click en la imagen.
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